Líderes del narco en Paracho habrían levantado a los tres activistas de MC

México: Desaparecidos que nunca regresan a Michoacán
Funcionarios de la PGJE se niegan a atender a los padres de los desaparecidos
Martín Equihua, corresponsal

Paracho, 9 de septiembre.- “El comandante Jesús Padilla de la Procuraduría estatal nos dijo hace como ocho días que el problema había sido en el bar del hotel Santa Fe, con El Güero y El Pájaro, que querían sacar a Anita a bailar o querían forzarla a algo, y los muchachos se opusieron”, dice José Manuel Castañeda, padre de Luis Enrique Castañeda Nava, quien junto con Ana Belén y Diego Armando fue levantado la madrugada del 22 de julio en este municipio.

Ahora, ni el comandante Padilla, ni la directora de Antisecuestros, Margarita Sánchez, contestan el teléfono a los padres a pesar de haber sido instruidos por el procurador para eso. Pero menos contesta él, quien el 7 de agosto ante los progenitores de los profesionistas secuestrados “se quedaba viendo sorprendido nuestro reclamo de justicia”.

Aquel día, en las instalaciones de la PGJE en Morelia, se les acercaron presuntos agentes aparentemente solidarios con ellos que “querían como meternos miedo, decían que corríamos peligro en Michoacán, que nos estaban vigilando, que mejor nos regresáramos a México”, dice el padre de Luis Enrique.

Asegura que días antes que el comandante Padilla les informara de los personajes con quienes su hijo y amigos habrían tenido problemas se enteró por la prensa que tales sujetos “habían sido asesinados” y que fueron líderes del crimen organizado en la región. A pesar de esas muertes, “no queremos que ahí quede todo”. Para empezar, dice, tendrían que probar que los personajes intervinieron en el caso y saber con quiénes más cometerían el plagio.

Otro pendiente es localizar el paradero de los desaparecidos. Para eso visitarán nuevamente la capital michoacana en los próximos días y buscarán entrevistarse con el gobernador Fausto Vallejo Figueroa.

Luis Enrique se sentía
“lleno de vida en Paracho”

Su hija de dos años lo busca por las mañanas. Al atardecer, lo vuelve a buscar en sus zapatos vacíos. Mariana Bretón, madre de la pequeña y con casi ocho meses de embarazo, no sabe ya cómo justificar la ausencia forzada de su esposo Luis Enrique. No tiene respuestas sino prescripciones médicas, dolores de vientre y desgarramientos del alma. Quien debe saber del plagio es la Procuraduría, pero no se ve que indague demasiado, considera.

La tarde del sábado 21 de julio Luis Enrique le dijo a su esposa que se sentía “lleno de vida en Paracho, que era algo diferente a lo que hacía con jóvenes de la ciudad y que le había encantado el viaje”. Fue el último contacto que tuvieron. El lunes su suegra le llamó “por pura corazonada” para preguntarle por Luis Enrique y fue entonces que Mariana se enteró del levantón.

Mariana y Luis Enrique han sido pareja por casi una década. “Nos unió el querer viajar, progresar, cambiar las cosas malas del mundo”. Ella da testimonio de que su esposo “cree que la política es buena, cree en el cambio pacífico”, y de que siempre tiene una mano tendida para familiares y amigos, además de mantener interés por concientizar a los jóvenes. “Le preocupa la apatía, el desempleo y el vacío de tantos”.

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